¿Quién soy? ¿Quién quiero llegar a ser? Y ¿Qué
voy a hacer para conseguirlo? Son algunas de las preguntas que todos nos hemos
planteado alguna vez en nuestra vida; y si no, tiempo al tiempo.
Hasta el momento en el que llegué a la
universidad, eran preguntas que se respondían en una línea o incluso en menos,
es más, eran preguntas que ni siquiera se me pasaban por la cabeza; pero como
se suele decir, ir a la universidad supone un gran cambio y en mi caso tiene
toda la razón. No me planteaba que mi meta en el futuro fuera otra que ser una
buena profesora, tener una clase de veinte o treinta niños a los que
enseñarles, a los que ayudarles y verlos crecer y ser cada día más autónomos; y
que cuando fueran más mayores se acordaran de mí como aquella profesora de
infantil que les marcó y que les llevó a ser lo que son.
Antes de llegar aquí suponía que la gente pensaba
como yo, que la forma en la que yo veía las cosas era lo normal. No me planteé el hecho de que pudiera ver
otros puntos de vista, otros pensamientos, otras ideas contrarias, pero no por
ello menos aceptables que las mías. La diversidad cultural y en consecuencia,
la diversidad de opiniones que he encontrando aquí, es lo que me han hecho
cambiar, incluso me atrevería a decir que a madurar. Me he dado cuenta de que
yo puedo aportar muchas cosas a los demás, pero que de la misma forma ellos
pueden aportarme a mí; de que mi forma de ver el mundo no tiene por qué ser
igual que la de los demás, pero que eso no significa que sea peor o mejor y de
que he aprendido a valorar lo que los demás pueden ofrecerme.
No voy a decir que mi vida no tuviera sentido
hasta llegar a la universidad, porque estaría mintiendo; pero sí que puedo
decir que el hecho de salir de casa, de llegar a la universidad, de conocer a
nueva gente, de despegarme de mis amigos, de perder a gente que pensaba no
perder nunca y a la vez ganar nuevos amigos, son un cúmulo de experiencias que
no cambiaría por nada y que me han ayudado a crecer como persona.
Gracias a esto, tengo una nueva visión de mi
futuro. Claro que me gustaría ser una buena profesora, claro sigo queriendo que
mis futuros alumnos se acuerden de mí; pero quiero ir más allá de esto; no
quiero quedarme como una profesora más de infantil. Sé que mi sueño es utópico,
pero quiero cambiar el mundo; quiero que las generaciones de niños que pasen
por mis manos no sean ladrillos; como dice la canción Another brick in the wall de Pink Floyd, sino que sepan pensar por
sí mismos, de cambiar nuestra sociedad basada en el conformismo y en seguir
como borregos lo que otros nos dicen. Quiero que mis alumnos tengan la
oportunidad de ser únicos e irrepetibles y de demostrarle a la sociedad que
todos y cada uno de nosotros somos igual de valiosos. Ese es mi sueño, sí puedo
llamarme soñadora, sí me atrevería hasta llamarme un poco idiota; pero es así
como soy, es así como quiero ser y es así como quiero que todos me conozcan.
Podría haber empezado por decir mi nombre, mi
fecha de nacimiento, mis aficiones, pero ¿de qué serviría?, ¿realmente hubiese
servido para describirme como soy? Creo que no.
Un saludo :)