La función docente está
infravalorada en nuestros días. Se da más importancia a un médico que puede
salvar vidas o a un ingeniero que construye edificios increíbles sin que se
desplomen que a un maestro. Con esto no quiero infravalorar dichas profesiones,
es más, son necesarias, imprescindibles para nuestra vida; sin médicos
cualquier leve enfermedad sería la causa de muertes y sin los ingenieros, no
nos sentiríamos seguros en cualquier edificio. Pero para que ellos hayan
llegado a ser lo que son, primero han tenido que pasar por la escuela, haber
aprendido cosas tan básicas como leer y escribir.
La educación es un pilar
importante en la sociedad y los maestros son los encargados de realizar dicho
papel.
Actualmente las tornas han cambiado,
antes eran los maestros los que llevaban la batuta en la educación, si un niño
se portaba mal se le castigaba y los padres estaban completamente de acuerdo
con lo que el profesor decía, ahora esto no es así. Muchos profesores se ven
intimidados por los padres, no pueden actuar con libertad y deben estar siempre
alerta por lo que les puedan reprochar. Además la ley no les ayuda, así que se
puede decir que están solos ante el peligro. ¡Esto es absurdo!
Con esto se están creando
docentes muy poco profesionales, se limitan a impartir su materia objetivamente
y dejan la educación para cada uno. ¿Cómo es posible que se haya llegado a
estos extremos? Un profesor no puede separar la instrucción de la educación.
Por otra parte, pero con respecto
a lo anterior, en la formación inicial de enseñanzas básicas (infantil y
primaria) se requiere una base pedagógica, tanto teórica como práctica; pero, ¿y
en las enseñanzas secundarias?, esa base pedagógica está perdida. Se da más
importancia a los conocimientos científicos y están más enfocadas a la
investigación que a la docencia. El problema reside aquí, ¿no son también ellos
profesores, profesionales de la educación? La solución que se ha dado es un
postgrado para ejercer la docencia. Pero no se puede aprender a ser un buen
profesor en uno o dos años, y más aún si toda la formación universitaria ha ido
dirigida a la indagación.
Otra de las cuestiones que
afectan a la educación es la vocación. No todos los docentes tienen vocación y
éste es un serio problema. Los profesores trabajan con personas; para que se
motiven hay que motivarlos, y si uno no está motivado no puede trasmitir
motivación. Es un juego de palabras un tanto complejo, pero no se puede
transmitir entusiasmo por algo, cuando no se tiene.
En España, el problema que existe
es que los requisitos para acceden a los estudios de magisterio son mínimos.
Puede entrar cualquier persona y eso implica que aquellos que no saben que
hacer se metan a magisterio porque es fácil.
Así, la educación está en
decadencia. Lo que falta en esta sociedad es esto, profesores motivados, con
vocación, que elijan la carrera porque quieren dedicarse a ello, no porque sea
fácil. Esto es utópico, no existe ningún modo de saber si una persona estará
capacitada para ser profesor. Por ejemplo, si
no se me dan bien las matemáticas no me meto a una ingeniería, si me da miedo
la sangre no hago medicina, pero, ¿qué me impide ser profesor?
Como ya he dicho, no existe nada
que mida la vocación. El día que se consiga, la educación dará un gran cambio.
Un saludo, :)